Yo podría ser un joven con ideales altos con respecto al arte y la nación.
Podría unirme con otros como yo, lo que poblamos los bares, fumamos marihuana y decimos que el gobierno es una mierda por no pensar en la juventud, en el arte, en los pobres y nosotros que tenemos el talento podríamos editar una revista que apoye los movimientos emergentes y también publicar nuestro trabajo porque el espacio es de todos para todos, como todo lo que hace el hombre es cultura según aprendimos en clase de Semiótica que es súper fumada y súper otra onda, chavo, publicaríamos a Renacho Melgar:
Pero no lo soy.
Tampoco soy del otro bando, los críticos pues. Tan solo me da tristeza.
Existen estéticas de la belleza y la fealdad, estéticas del ridículo o la "grenchez". No es lo mismo un criterio de estética que toma de base lo grencho que esto, lo grencho sin criterio de estética.
Lo grencho es el deleite en lo que parece más, en lo que parece vergón, en lo que parece bien, mal, atrevido, uh, qué malo soy.
O sea, no, no está bien pero no es eso lo que me da tristeza ni el hecho de que la mujer esté embarazada y apunto de vomitar a su hijo por al plomo de la pintura.
Me da tristeza imaginármela haciéndose esa manicura solo para la sesión.